miércoles, 8 de agosto de 2007

El Editorial de El Pais de ayer

El editorial de ayer de El Pais, que con el título "Navarra en la tormenta" trataba de la situación política navarra, exige más de un comentario.

Resulta totalmente incomprensible la crítica que los editorialistas de El Pais hacen al intento del PSN de liderar el cambio de gobierno en Navarra. Se dice: "Los socialistas se disponen a pagar un alto precio por una crisis que, como la de Navarra, no deriva de ninguna quiebra institucional sino de una mala gestión política de los resultados electorales del 27 de mayo. El PSN fue la tercera fuerza más votada, por detrás de UPN y Nafarroa Bai, y su primer error consistió en creer que convenía a sus intereses y a los de las instituciones forales negociar por separado los principales puestos en disputa: la alcaldía de Pamplona, la Mesa del Parlamento regional y el Gobierno autónomo". Lo de que el PSN no debía de haber asumido, visto su papel de tercera fuerza, el ensayo de encabezar el gobierno de coalición con Nafarroa Bai e IU ha sido algo repetido en varias ocasiones por ese medio. Ahora bien, ese ensayo era el corolario lógico de una campaña electoral en la que la noción de "cambio político", emitida desde el PSOE con el asenso de los demás partidos que estaban en la oposición en nuestra comunidad, fue el mensaje sustancial. Además, pretender ahora que el PSN no debía de haber aceptado la invitación de las otras dos fuerzas para presidir el gobierno de coalición es incurrir, pura y simplemente, en una falacia en relación con los principios básicos de la politología en España y en Navarra por cuanto la presidencia para aquel partido era la condición imprescindible para la existencia del gobierno tripartito mismo, siendo inimaginable un gobierno presidido por Nafarroa Bai con el apoyo socialista (como inimaginables serían gobiernos de coalición presididos por ERC con el apoyo del PSC o por el BNG con el apoyo del PSG, incluso en el caso de que las organizaciones socialistas catalana y gallega tuviesen un resultado peor que esos dos partidos nacionalistas).

Seguidamente, en dicho editorial se menciona la inoportunidad del gobierno tripartito, visto el momento en el que nos encontramos en relación con el proceso de paz. En opinión de los editorialistas del periódico madrileño, "A este primer error sumaría un segundo, determinante en el actual episodio: adoptar un papel protagonista que no se correspondía ni con el respaldo electoral del que dispone ni con el contexto político que contribuyeron a crear la estrategia antiterrorista del Gobierno de Zapatero, por un lado, y la desmesura de la oposición del Partido Popular, por otro. El color del Ejecutivo de Navarra se convirtió en una prueba falaz acerca de la continuidad o la ruptura del proceso de paz, y en estas condiciones los pactos poselectorales se han revelado imposibles por el temor a su influencia en las generales de marzo". Verdaderamente, resulta toda una sorpresa esta apelación a los ecos del proceso de negociación con ETA, algo totalmente roto según se repite desde las instancias del PSOE y tal y como prueba la constante detención de activistas etarras, en la dinámica de posible conformación del gobierno de Navarra en base a una alianza transversal entre socialistas y nacionalistas que condenan tajantemente la violencia y que han reconvertido drásticamente su mensaje anclándolo claramente en Navarra. En el caso de que el PP hubiera dirigido su artillería en contra de ese hipotético gobierno tripartito, acusándolo de ser resultado de cesiones obtenidas por el chantaje terrotista, habría sido cuestión de la praxis política y de la política de comunicación de ese gobierno y del gobierno central atajar ese infundio. No sería el único bulo del que el PP habría tenido que desdecirse. Por otra parte, resulta increíble que no se mencionen en el mencionado editorial las repercusiones positivas que el gobierno tripartito habría tenido en el proceso de normalización política, un gobierno tripartito que, por razones obvias, habría tenido entre sus mayores enemigos justamente a la izquierda abertzale.

No hay comentarios: