martes, 31 de julio de 2007

El decálogo imposible de Miguel Sanz

El último episodio de las negociaciones para la conformación del gobierno representa por parte de la derecha navarra un chantaje en toda regla dirigido al PSN, a la vez que una muestra de institucionalización de la exclusión que ha padecido en los últimos 25 años el electorado vasquista y progresista. Miguel Sanz desveló ayer las 10 condiciones que debe satisfacer el PSN para que UPN acepte constituir un gobierno en minoría. Entre ellas, esta no sólo la de “no plantear o apoyar una moción de censura y garantizar la estabilidad política, social y económica”, sino, además, la de que “los partidos firmantes se comprometen a no modificar o impulsar, sin consenso entre ellos, leyes que exijan mayoría absoluta”. Es decir, se propugna que UPN, estando en minoría, gobierne como si gozase de la mayoría absoluta, castrando totalmente las posibilidades de actuación del PSN en la oposición en cuanto que le deniega el derecho a apoyar un cambio de gobierno dentro de la actual legislatura por medio de la retirada de la confianza de la cámara y en cuanto que le prohíbe pactar con fuerzas como Nafarroa Bai o IU de cara a la elaboración de leyes o de cara a enmendar los proyectos de ley que podría presentar el gobierno de UPN. Un ejemplo de esto último se recoge explícitamente en el decálogo en la medida en que se menciona la obligación de respetar la actual Ley del Vascuence con sus actuales parámetros de zonificación y de desarrollo. Es decir, UPN quiere cercenar de raíz la posibilidad de que las demás fuerzas políticas presentes en la cámara foral modifiquen la citada norma en sentido contrario a sus pretensiones.

Por lo demás, la mayoría de los demás puntos del decálogo no arrojan sorpresas en cuanto que coinciden con el discurso pepero-upenista de estos últimos años: la no reforma del Amejoramiento sin el visto bueno de UPN, el rechazo de cualquier órgano institucional o de gestión con la CAV, el no tomar la iniciativa y votar en contra de propuestas relacionadas con la Transitoria Cuarta, eran puntos ciertamente esperables. Llaman más la atención otros dos apartados. La llamada a la configuración de un Gobierno de Navarra de corte constitucionalista, con especial atención a las políticas sociales y con el respaldo de los agentes económicos y sociales firmantes del Acuerdo Intersectorial (es decir, de UGT y de CCOO que son los únicos sindicatos reconocidos de hecho por UPN, habiendo sido un sostén imprescindible para la política de dicho partido en los últimos quince años en el terreno del deterioro de la educación y de la sanidad, a cambio de recibir prebendas económicas y de representación) constituye un reconocimiento sin ambages del papel jugado por esos sindicatos. Por último, el “impulsar con el Estado las infraestructuras de interés general para Navarra y en clara cooperación con la Administración Central” es otra vuelta de tuerca en este abrazo del oso por parte de UPN: el PSOE y el gobierno de España deberían financiar el TAV en Navarra, así como cualesquiera otras infraestructuras que planteara UPN, en beneficio electoral y político último exclusivo de la derecha navarra.

Ante semejante andanada, la reacción del PSN ha sido decepcionante. En vez de mandar a UPN directamente a paseo y retomar negociaciones con Nafarroa Bai e IU, Chivite respondió con un condicionado de siete puntos por parte del PSN para apoyar el gobierno en minoría de UPN, imposible de cumplir por parte de este partido, lo que, en buena lógica, debería encaminar a la conformación de una mayoría alternativa a la derecha navarra.

Esos siete puntos son los siguientes: Que UPN-PP pida disculpas públicas y retire cuantas mentiras, insultos y descalificaciones se han venido vertiendo especialmente en la manifestación del 17-M y que parecen haber olvidado; Que UPN rompa el pacto político, electoral e institucional que mantiene con el PP, se desvincule de su discurso provocador y recupere sus esencias regionalistas; Que UPN sustituya el discurso del miedo pretendiendo hacer creer que Navarra está en riesgo o en venta y lo sustituya por la convivencia de la pluralidad política; Que UPN se comprometa a apoyar con lealtad al Gobierno de España en sus políticas por la paz y contra el terrorismo; Que UPN abandone la estrategia de la confrontación y deje de utilizar electoralmente los proyectos de infraestructuras; Que UPN se comprometa por las políticas de desarrollo económico equilibrado y por el impulso de los servicios públicos; Que UPN-PP no reclame la anulación de un derecho político como es la moción de censura.

¡Ojalá las bases del PSN consigan que su dirección se anime a dar el paso definitivo de romper este simulacro de negociación con UPN!

martes, 24 de julio de 2007

Lo último sobre la rendición de Puras

Las declaraciones de Fernando Puras hoy a la mañana a RNE certifican varias cosas. En primer lugar, aunque el PSN aún no ha tomado una decisión sobre “una u otra fórmula que lleve a UPN a la Presidencia de Navarra”, es ya incontrovertible que UPN va a gobernar. Todas las posibilidades, en aras de dotar a Navarra de la “mejor gobernabilidad” y la “mejor estabilidad”, parecen abiertas. Incluso, la del gobierno de coalición. Sobre esa posibilidad de formar gobierno junto a UPN, Puras subrayó que “hasta el momento ni se ha descartado ni se ha barajado”, y precisó que no es “un escenario que aparezca como fácil”, en la medida en que su partido ha sufrido “un acoso y un infame tratamiento” por parte de la derecha, que “ha cuestionado” su “compromiso” con la comunidad foral. Obviamente, las demás posibilidades tendrán que ver con el margen de maniobra que se reserve para el PSN por parte de UPN (en cuanto a posibles mociones de censura en el futuro y en cuanto a apoyo a las iniciativas legislativas de UPN; es decir, en cuanto a la capacidad del PSN para hacer oposición real en la cámara navarra) y con las ofertas de cargos y de prebendas que se hagan al complejo socialista-ugetista.
En segundo lugar, el PSN se esfuerza por favorecer la negociación en el sentido más favorable a UPN en la medida en que se expresa en contra de la celebración de nuevas elecciones porque la ciudadanía “ya se expresó claramente” el pasado 27 de mayo en las urnas y no se puede “devolver el problema” sometiéndola a un nuevo proceso electoral, y, a la vez, en relación con la posibilidad de que sea posible alcanzar un acuerdo con NaBai a lo largo de la legislatura, Puras afirma que “no contemplamos esa hipótesis en este momento”. Además, garantiza que el PSN no iniciará “un camino de otra naturaleza pensando en la reversibilidad del escenario”.

En tercer lugar, el PSN parece que quiere continuar con su estrategia de poner en un brete a su propia militancia, de forma que todo el mundo vea las tragaderas de ésta, porque en las reuniones que mantendrá en los próximos días con las agrupaciones locales para darles “una explicación” sobre “por qué no ha sido posible alcanzar un acuerdo” con Nafarroa Bai e IU, tendrá que repetir lo que ha adelantado hoy. En sus propias palabras, la falta de acuerdo con NaBai no se ha debido a los distintos programas electorales, sino que “se ha producido en torno al modelo de gobierno” porque “ellos apostaban por un gobierno con una presencia paritaria de su formación y de la nuestra básicamente”. Es decir, a pesar del consenso alcanzado en el ámbito de lo programático, se reconoce que la ruptura vino porque Nafarroa Bai trató que su presencia en el gobierno navarro fuera equivalente al apoyo recibido en las urnas, el punto mínimo que suelen exigir todos los partidos en todas las democracias avanzadas a la hora de negociar gobiernos de coalición.

lunes, 23 de julio de 2007

Nuevas pistas

Ante el silencio del PSN, dos voces de peso del PSOE a nivel estatal han continuado mareando la perdiz en la mañana de hoy en relación con el entendimiento entre los socialistas y PP-UPN de cara a la gobernabilidad de Navarra. Queda claro que ese entendimiento existirá, pero no se especifica sobre qué bases

En el Foro de la Nueva Sociedad, Fernández de la Vega, portavoz del gobierno español, ha afirmado que el PSN tiene una «profunda convicción de lo que quiere en relación a las necesidades de la gobernabilidad de Navarra, de ahora y de siempre», en una historia «muy complicada» que, con el resultado electoral, dificulta «la posibilidad de llegar a un acuerdo». «Pero en todo caso, el PSN va a buscar el mejor acuerdo que garantice la gobernabilidad, que respete la decisión de los navarros, el interés general de este país y que facilite y mejore la convivencia en Navarra», garantizó.

En rueda de prensa tras la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, José Blanco anunció que en los «próximos días» se van a despejar las dudas sobre la formación del gobierno navarro, y ante la posibilidad de que pueda haber un pacto con UPN subrayó que «no veo ninguna posibilidad de colaboración directa con los responsables del deterioro del clima actual de enfrentamiento». «Deseamos que se abra un tiempo nuevo para mirar el futuro, y que venga determinado por nuevas actitudes, nuevos comportamientos y nuevas políticas; tendremos que ver que esos nuevos tiempos, actitudes y políticas se van plasmando para poder de verdad abrir las posibilidades de una mayor colaboración». Blanco rehusó ser más explícito sobre la posición que tomará el PSN, a quien corresponde -reiteró- decidir en qué sentido se pronuncia para salvar la situación de bloqueo actual, aunque los socialistas «van a hacer lo que resulte más favorable para Navarra, para su estabilidad y convivencia».

La pretensión de Rodriguez Zapatero de sacar la cuestión navarra del escenario político-electoral, contemporizando con el conglomerado PP-UPN, ya fue refutada ayer por Patxi López, en una entrevista concedida a El Diario Vasco. Ante la pregunta por el posible miedo del PSOE a la posible reacción del PP, el Secretario General del PSE respondió que “esa explicación tiene poco recorrido porque Acebes ya ha dicho que no somos de fiar ni en Navarra. Lo que es evidente es que la posición del PP no va a cambiar por lo que haga el PSN”.

Además de eso, Patxi López hubiera “avalado el cambio de gobierno decidido por los ciudadanos, porque UPN y PP han jugado con Navarra de manera absolutamente desleal (...) UPN se presentó a las elecciones como a un plebiscito para mantener su mayoría absoluta y no lo consiguió. Por lo tanto, los navarros rechazan esa utilización política de Navarra desde la propia Navarra. Por eso se podía haber avalado y avanzado en ese cambio de gobierno. Yo hubiera sido partidario de un acuerdo con NafarroaBai.”
Lamentablemente en toda la entrevista Patxi López no va más allá de esas consideraciones. Ya que en los últimos años nos hemos movido tanto en el ámbito de los escenarios políticos futuribles a instancias del propio Lopez y de otros, como Egiguren, hubiera sido interesante que las hubiera trascendido y se hubiera mojado más en el plano estratégico. Que hubiera ahondado, a partir de la información de la que él seguramente dispondrá, en la significación que, de cara a futuro, en el terreno de la normalización política, podía tener un acuerdo de gobierno de progreso como el que se planteó para Navarra, un acuerdo finalmente desarbolado desde los despachos de su propio partido en Madrid, acogotado por la presión mediática de la derecha y el miedo a un escenario condicionado por un posible cumplimiento de las amenazas de ETA.

viernes, 20 de julio de 2007

Contradicciones en el comunicado del PSN

En su comunicado hecho público ayer a la noche, tras cuatro horas de debate y aprobado por 16 votos a favor y 4 abstenciones (de los 31 miembros de que consta), la Comisión Ejecutiva Regional del PSN consideraba que, tanto las iniciativas como las gestiones formuladas y realizadas a lo largo de todo el proceso de negociación celebrado en los pasados días por la representación socialista con las formaciones Nafarroa Bai e Izquierda Unida, se han desenvuelto en un marco de “superación de la dialéctica de radical confrontación identitaria que se ha venido a instalar en los últimos años y especialmente en los últimos meses en nuestra comunidad, así como de los bloques que la alientan”, estimando que “cualquier propuesta para la formación del próximo Gobierno” debe tener presente dicho marco e intentar avanzar en esa dirección. Asimismo, la Comisión Ejecutiva Regional consideraba que “tanto las iniciativas como las gestiones formuladas y realizadas a lo largo de todo este proceso se han desenvuelto en ese marco y en el de los acuerdos adoptados por el Comité Regional, que iban dirigidos a la formación de un gobierno plural, para el progreso desde la convivencia”. Bajo su perpectiva, “la actitud del PSN-PSOE en la negociación ha sido constantemente la de dotarle de impulso, formulando diversas propuestas e incluso tomando siempre la iniciativa para reanudar las conversaciones en cuantas ocasiones éstas quedaban bloqueadas por la existencia de discrepancias”. Para finalizar,la Comisión Ejecutiva Regional, además de ratificar la confianza depositada en el Secretario General del PSN-PSOE, Carlos Chivite, y en el Candidato socialista Fernando Mª Puras, “queda a la espera y abierta a atender y mantener los contactos y conversaciones con las distintas fuerzas políticas al objeto de conseguir que la comunidad tenga el mejor gobierno posible antes del día 18 de agosto, fecha en la que culmina el plazo dispuesto a ese efecto por el Parlamento de Navarra”.

Hay varias cosas que no se entienden de esa argumentación. No ahondaremos en el esperpento de que se diga que se defienda que se ha luchado por un gobierno de progreso cuando las negociaciones con las fuerzas progresistas se han ido al garete cuando, programáticamente, había un elevadísimo grado de acuerdo y cuando no pueden aducirse para la ruptura disensiones políticas insalvables.
Por otra parte, desechada la opción de articular un gobierno de coalición con Nafarroa Bai e IU por razones de fuerza mayor que tienen que ver con el veto impuesto desde Madrid, la única posibilidad de contactos con otras fuerzas políticas es con UPN. A pesar de que el comunicado intente dejarlo en la oscuridad, ésa es la única posibilidad que resta. De hecho, según informa el Diario de Navarra en su edición digital esos contactos tendrán lugar la semana próxima.

Por último, la consideración del marco de superación de confrontación identitaria de los últimos meses y años como premisa para entablar cualquier tipo de negociación de cara a la constitución del Gobierno navarro resulta ser algo altamente contradictorio con el hecho de iniciar negociaciones con quien, precisamente, más ha trabajado en los últimos tiempos por aquella confrontación: el conglomerado pepero-upenista que, además de no reflejar en sus programas electorales la más mínima corrección de la dinámica emprendida en la última década, convocó el 17 de marzo una manifestación tramposa y mentirosa, desfilando junto con la Falange, con el único fin de dinamitar cualquier puente de entendimiento entre las diversas identidades existentes en nuestra tierra y de intentar apropiarse del concepto de Navarra para sus fines particulares.

jueves, 19 de julio de 2007

Cloqueos y galanteos

Cloqueos y galanteos previos al apareo. A pesar de que, según el Diario de Noticias de hoy, miembros señalados del PSN y agrupaciones locales de la Ribera del mismo partido pueden empezar a exigir la dimisión de Fernando Puras, candidato socialista a la Presidencia de Navarra, y de Carlos Chivite, secretario general, así como una renovación de la Comisión Ejecutiva (que precisamente se reúne hoy a partir de las 17 horas) por no haber respetado la resolución del Comité Regional, aprobada por 104 votos a favor y uno sólo en contra, que se posicionaba expresamente por un gobierno de coalición con Nafarroa Bai e IU, la prensa de hoy nos informa de varios aspectos que apuntan inequívocamente en una dirección: el gobierno en minoría de UPN o de UPN y CDN.
Por un lado, elconfidencial.com apunta que la dirección federal del PSOE estaría decidida a facilitar ese gobierno en minoría con la abstención socialista, desechando la opción de la repetición de elecciones en octubre que conllevarían una pérdida sensible de votos para el PSN. Para presionar a UPN para que no fuerce la repetición de los comicios, el PSN, según la misma fuente, argüiría la posible activación de la baza desechada de la coalición tripartita con Nafarroa Bai e IU. El gobierno en minoría de la derecha navarra incluiría la cesión de cuotas de poder y de cargos de representación al PSN.
Por otro, según el Diario de Navarra, Miguel Sanz exige que su gobierno en minoría tenga garantías de estabilidad por parte del PSN, es decir, que los socialistas garanticen no sólo que no haya moción de censura tras las elecciones generales, en el caso, claro está, de que éstas fueras satisfactorias para el PSOE a nivel general, sino también de que las iniciativas parlamentarias derivadas del gobierno y la misma acción de éste no se vean entorpecidas por la oposición activa de los doce escaños socialistas. A falta de dicho aval, Miguel Sanz preferiría la repetición de los comicios, de lo que sería al máximo beneficiado, pudiendo optar a la consecución de la mayoría absoluta a causa del descenso de apoyo del PSN y de la bajada de la participación de un electorado desanimado.
¿Hasta dónde llegará la voluntad del PSN de autolimitarse? ¿Se extenderá también a su capacidad de hacer oposición?

miércoles, 18 de julio de 2007

Despues del rechazo, la teorización

Tras el rechazo del PSN a conformar un gobierno tripartito en Navarra junto con Nafarroa Bai e IU, hoy leemos en las páginas de opinión una teorización de aquél con el artículo “La cuestión navarra” de Andrés de Blas Guerrero, catedrático de Teoría del Estado de la UNED.
En ese artículo no se contempla dicho pacto como operativo para el socialismo bajo ningún punto de vista debido a que, para De Blas Guerrero, Nafarroa Bai continuaría teniendo los mismos fines estratégicos que el nacionalismo vasco de siempre, tal y como éste es contemplado por el nacionalismo español. Bajo su perspectiva, “Cuando, por otro lado, los socialistas navarros plantean la posibilidad de una negociación con los nacionalistas vascos en Navarra a cambio de suspender sine die el proceso de incorporación de la comunidad foral a Euskadi, están planteando un imposible. Porque solamente el proceso de integración justifica la existencia de unas fuerzas políticas nacionalistas que, en otro caso, perderían su razón de existencia”. “El nacionalismo vasco estaría dispuesto a muchas cesiones provisionales por conseguir una integración que haría viable la hoja de ruta de su proyecto político. Pero se trataría de una integración que a la vuelta de muy poco tiempo nos enfrentaría con un proyecto nacionalista vasco que habría alcanzado su objetivo táctico más importante. Esta es la razón por la que la gran mayoría de los navarros y el resto de los españoles, no podemos ceder en la apertura de un camino que puede resultar a corto plazo bien o mal para el proyecto español, pero que es la posibilidad para que pueda prosperar una opción secesionista, para que pueda hacerse realidad el colapso de España”. Como es obvio, en todas esas líneas se prescinde absolutamente de toda la reflexión político-institucional realizada por Nafarroa Bai, reflexión de la que publicamos un extracto en un post anterior y que, como dijimos otro día, habría tenido su eco en el documento de bases para la negociación del gobierno tripartito, admitido prácticamente al cien por cien por todas las partes, incluído el PSN.
Refutada cualquier posibilidad de encuentro entre el PSN y Nafarroa Bai, De Blas Guerrero expone su receta: “Los socialistas navarros deben juzgar la actual coyuntura política con realismo y responsabilidad. No pueden pedir a Nafarroa Bai lo que esta coalición no puede darles sinceramente sin pagar por ello el precio de su disolución política. Si el socialismo navarro no puede llegar a un entendimiento con UPN, el camino más sensato y democrático parece una nueva consulta al electorado. Este entendimiento, bien en la forma de un gobierno de coalición, bien en la forma de un gobierno en minoría integrado por el partido más votado, parece, probablemente, la solución más fácil, razonable y comprensible para el electorado”. Es decir, en Navarra el PSN tiene que ir indefectiblemente de la mano de UPN, ayudándole a este partido a gobernar en minoría en el caso de que rechace la formación de un gobierno bipartito entre ambas formaciones, tal y como vino ocurriendo entre 1996 y 2003. Teniendo en cuenta la fuerza electoral del PSN en Navarra, Navarra estaría condenada a ese escenario en que UPN, en solitario o en colaboración con el resto de la derecha navarrista, el CDN, o con el apoyo externo del PSN en el caso de aquellos dos partidos no llegaran a la mayoría absoluta, gobernaría Navarra por los siglos de los siglos, sin que sus estrategias de crispación y confrontación vayan nunca a pasarle factura alguna.
Para finalizar, De Blas Guerrero resta importancia a la política de confrontación de UPN en un párrafo confuso en el que mezcla lo identitario y cultural con las relaciones interautonómicas, mostrando que su conocimiento de Navarra es ciertamente escaso: “En todo caso, conviene tener presente que el sustancial componente vasco de Navarra no necesita del proyecto del nacionalismo sabiniano para afirmarse y sobrevivir. Y que ese componente tiene en los instrumentos de cooperación entre Comunidades Autónomas previstos en nuestra vida política, además de en el amparo general de nuestra Constitución, una firme y suficiente garantía. En definitiva, que no se trata de una cuestión cultural la que está en juego, sino de la viabilidad de un proyecto político de inspiración secesionista en el que no cree la mayoría del pueblo navarro. Un proyecto que no puede contar con el apoyo de las fuerzas políticas españolas sin asumir con ello el más evidente de los contransentidos”.
Como se ve, un artículo de teorización de una falsa política de estado en relación con Navarra en el que los prejuicios y las anteojeras campan por sus fueros, evidenciando un desconocimiento supino de las pautas doctrinales de Nafarroa Bai y de los esquemas de tolerancia, complejidad y pluralidad en los que se mueve la mayor parte de la sociedad navarra, inclusive la propia militancia del PSN. Y en el que, lo que es peor, se certifica la muerte política del socialismo navarro, al servicio del PP y de UPN para siempre, en vista de que se descarta radicalmente cualquier escenario de transversalidad en Navarra en el que esté presente el tercio sociológico representado hoy en día por Nafarroa Bai.

martes, 17 de julio de 2007

Cosas que vamos sabiendo

La humorada del señor Puras de apelar a un gobierno de concentración, con la que finalizó su rueda de prensa de ayer en la que previamente había notificado la ruptura de las negociaciones con Nafarroa Bai y con IU, no ha tenido ningún eco. Todos los demás partidos la han rechazado.
De cualquier forma, la entente entre UPN y PSN ya ha propiciado la apertura de un amplio plazo negociador hasta el 18 de agosto. Si para esa fecha no hay ningún candidato se celebrarían nuevas elecciones.
Representantes de ambos partidos ya han expresado las posibilidades de alcanzar acuerdos. José Blanco, Secretario de Organización del PSOE (que, según El Confidencial de hoy habría llamado a Puras minutos antes de reunirse éste con Zabaleta para recordarle que el tripartito era imposible) ha dicho que "le corresponde hablar a UPN" y que su partido estaría "por la labor de facilitar las cosas" si ambos partidos "superan" sus intereses.
Puras, por su parte, ha comentado que, aunque "no será nada sencillo" permitir que Sanz sea presidente, el PSN actuará "con responsabilidad" para garantizar la gobernabidad de Navarra.
La parte interesada, Miguel Sanz, tras entrevistarse con Puras, ha extraído la impresión de que el PSN "está en una actitud favorable para alcanzar un acuerdo con UPN", bien bajo la forma de gobierno de coalición, bien facilitando un gobierno pepero-upenista en minoría. Incluso, sacando su nada inhabitual tono de bravata ha dicho que "de tres días le sobrarían dos para conseguir un acuerdo".
Todo esto cuando, según una encuesta de Antena 3 y de Onda Cero que se menciona en la edición digital del Diario de Navarra, el 56 por ciento de los votantes socialistas navarros querían un gobierno de coalición con Nafarroa Bai e IU y sólo el 24 por ciento sería favorable a un pacto con UPN.
Aunque el tono y los comentarios de la vilipendiada exconcejala socialista Ainhoa Aznárez en la entrevista que le han hecho este mediodía en Radio Euskadi son una prueba de que, dentro de la militancia, las decisiones teledirigidas desde Ferraz y acatadas sumisamente por Puras y la dirección del PSN pueden no ser compartidas, sería algo inédito, vistos los antecedentes de los últimos doce años, que la organización navarra opte por ponerlas seriamente en tela de juicio y por modificar el rumbo de las cosas.

lunes, 16 de julio de 2007

El PSN sentencia a favor de UPN

“Alea jacta est”, dijo César momentos antes de cruzar el Rubicón. Pero lo dijo para iniciar su toma del poder. En Navarra, tal y como parecían anunciar todos los indicios, la suerte esta echada, pero para que nada cambie, para que, con toda probabilidad, UPN gobierne en minoría.

Las dudas que ha planteado desde NaBai el presidente de EA en Navarra, Maiorga Ramírez, de que «ahora sólo queda por saber si vamos a unas nuevas elecciones o el PSN va a dejar que gobierne de nuevo UPN» con un gabinete en minoría, no tienen demasiado fundamento. Es francamente dudoso que el PSN se arriesgue a que se celebren unas nuevas elecciones en las que los socialistas bajarían notablemente a causa de sus actuaciones del último mes y medio; Nafarroa Bai se consolidaría como principalísimo rostro de la oposición; y UPN se beneficiaría de la menor participación electoral y de un escenario de confrontación esencialmente bipolar. Lo más seguro es que el PSN permita un gobierno pepero-upenista en minoría en el que podrían entrar personas del entorno del PSN (para dar satisfacción a las apetencias de figurar de algunos sociatas y hacer honor a las excelencias de la entente constitucionalista)y que posibilitaría al encantador de serpientes Zapatero seguir alimentando horizontes a partir de las elecciones generales en los que, de ganar el PSOE en el Estado, todo podría ser posible.

A pesar de que Puras siga indicando a los periodistas que «sigue el tema sin estar resuelto definitivamente» y que asegure, al ser preguntado sobre si las negociaciones se habían roto, que «no sería ese el calificativo que le daría» porque consideró «posible» que haya nuevas reuniones, los otros interlocutores en las negociaciones de hoy han sido ciertamente expresivos.

Por un lado, el dirigente de Izquierda Unida de Navarra, José Miguel Nuin, que se reunió con Puras después de Nafarroa Bai, ha informado que el PSN les había trasladado que en este momento «no está en disposición» de llegar a un acuerdo.
Por otro lado, Ramírez (EA) ha añadido que esta mañana Puras «ni tan siquiera ha mantenido su última oferta», rechazada por NaBai e IU, en la que planteó que su partido tendría dos consejeros, otros 2 NaBai y uno IU y habría además otros seis carácter técnico y no político que él designaría una vez escuchados sus socios. Según dijo, las explicaciones dadas por Puras «es que no pueden mantener ni la propuesta que nos hicieron y que nada de Gobierno de coalición».
Las razones dadas por Puras a los miembros de Nafarroa Bai, agregó, «es que hay unas elecciones en ocho meses en el contexto estatal y eso les impide sustanciar el cambio político en los parámetros que nosotros pedimos, que son los lógicos y ellos lo reconocen». «Él se muestra apenado pero dice que no puede hacer otra cosa porque a nivel estatal parece que no lo pueden soportar», indicó el dirigente de NaBai, y apuntó que, de su presentación oficial como candidato, Puras «no ha dicho nada» y por lo tanto «habrá que esperar a mañana» para ver qué pasa en la tercera ronda de consultas que tiene prevista con los grupos de la Cámara la presidenta del Parlamento Elena Torres.

Si mañana no hubiera quórum suficiente para que un candidato se presente con los apoyos suficientes, se invitaría a UPN, como lista más votada, a presentar candidato. Si lo rechazaran, serían los servicios jurídicos de la Cámara los que fijarían la fecha a partir de la cual cuentan los 30 días antes de la disolución de la Cámara y la convocatoria de nuevas elecciones.

Y todo esto, cuando, según informaba ayer El País, las bases políticas de la hipotética coalición estaban ya acordadas entre nacionalistas, socialistas e Izquierda Unida. En esas bases se acordaba fomentar la cooperación con todas las comunidades, especialmente con las limítrofes, incluida la Comunidad Autónoma Vasca, desde el recíproco respeto y reconocimiento, en materias concretas que puedan resultar de mutuo interés. Para ello se podría contar con instrumentos de seguimiento y coordinación "que no dispongan ni puedan alcanzar carácter político".

Además, en cuanto al estatus de Navarra, se afirmaría en esas bases que "Navarra constituye una Comunidad Foral, con estatus jurídico-político propio y diferenciado, basado en lo político en la Constitución y el Amejoramiento y en lo económico en el Convenio Económico con el Estado".
Y en cuanto a las modificaciones de la Ley del Euskara, esas bases fijarían que se tendría en cuenta "la realidad sociolingüística de la ciudadanía" para adaptar la ley, es decir, las demandas de los ciudadanos.

Por lo demás, esas bases dedicarían su mayor parte al compromiso de realizar políticas sociales, de infraestructuras y de mejora de la Administración autonómica y los principios inspiradores de aquéllas serían "el respeto al modelo institucional y a legalidad vigente"; el reconocimiento de la "diversidad y la pluralidad" y la "convivencia" como marco para "la integración de la diferencia".
Si las bases programáticas estaban tan altamente consensuadas, no constatándose en ellas motivos de estridencia, y las únicas diferencias residían en el reparto de las responsabilidades institucionales, los resultados de las reuniones de hoy, tan al límite del tiempo, y el fracaso absoluto de las negociaciones resultan inexplicables a no ser que ya hubieran estado decididas tiempo atrás, antes de que el señor Puras se hubiera ausentado por vacaciones.

sábado, 14 de julio de 2007

¿El señor Puras está de vacaciones?

La prensa de hoy nos confirma la inexistencia de negociaciones entre el PSN, Nafarroa Bai e IU para la conformación de un gobierno de coalición e incluye testimonios de dirigentes de las dos últimas fuerzas que colocan en muy mal lugar a la forma de proceder de la primera.

Según noticia aparecida en el DIARIO DE NOTICIAS DE NAVARRA de hoy “Las negociaciones para la formación de un Gobierno de coalición alternativo al de UPN y CDN siguen bloqueadas a tan sólo tres días de la ronda de consultas que la presidenta del Parlamento, Elena Torres, realizará el martes con todos los grupos parlamentarios. Un bloqueo del que Nafarroa Bai e Izquierda Unida culpan al PSN, que no se ha dirigido a ninguna de las dos formaciones desde que el pasado 5 de julio propusiera un reparto de consejerías que los otros dos partidos consideraron inasumible”.

“Desde entonces no ha vuelvo a haber nuevas conversaciones, ni siquiera contacto telefónico, al menos hasta última hora de ayer. Esto ha empezado a generar desconfianza entre los posibles socios de Gobierno. De hecho, tanto NaBai como IU sospechan que el PSN puede estar dilatando las negociaciones intencionadamente con el objetivo de apurar los plazos y reducir el margen de negociación. En principio, y salvo que la Mesa del Parlamento haga una nueva lectura del reglamento, Fernando Puras debería comunicar el martes a la presidenta de la Cámara si se presenta a la investidura, lo que deja el margen para el acuerdo en el lunes”.

“Pero esta situación no es del agrado ni de Nafarroa Bai ni de Izquierda Unida, que ayer coincidieron en señalar que así sólo se deteriora la confianza. <>, lamentaba ayer el candidato de NaBai a la Presidencia, Patxi Zabaleta”. “En ese sentido, consideró que <>. <>, insistió Zabaleta, que recordó además que es necesario "tomar en consideración" al posible compañero de Gobierno. Por ello, pidió <> al PSN, y recordó que la oferta de NaBai <>. <>, concluyó”.

"Con el análisis de Zabaleta coincidió también el coordinador general de Izquierda Unida, Ion Erro, que constató la necesidad de que haya <> entre todos. <>, subrayó.

Resulta lícito pensar que los testimonios de Zabaleta y de Erro son aval suficiente para creer que desde el 5 de julio no se ha reconducido el proceso negociador truncado entonces. Por otra parte, conducen, asimismo, a dar credibilidad a una información publicada el jueves 12 de julio, en Elconfidencial.com, noticia por otra parte que hoy mismo ha sido ratificada en boca de un tertuliano que pertenece a la ejecutiva de un partido ciertamente relevante. La noticia decía lo siguiente:

“Ferraz le ha puesto una vela a San Fermín y el patrón navarro no le ha defraudado. El acuerdo entre el Partido Socialista de Navarra (PSN) y Nafarroa Bai (NaBai) se aleja a pasos agigantados después de que la coalición nacionalista haya constatado como el candidato socialista, Fernando Puras, rehuye desde hace días una nueva reunión con Patxi Zabaleta para concretar el reparto de consejerías que permita la formación de un nuevo Gobierno en la Comunidad Foral. Según fuentes de la NaBai, el último encuentro entre ambas partes, al que también asistió la tercera pata de un hipotético tripartito, IU, tuvo lugar el pasado 5 de junio. Desde entonces, todas las llamadas para concertar una nueva cita se han encontrado con una sorprende respuesta por parte del PSN: <>.

Esto se produce a menos de una semana de que la presidenta del Parlamento Navarro, la socialista Elena Torres, haga la definitiva ronda para proponer un candidato a la Presidencia, por lo que los dirigentes de la coalición se han terminado por convencer de que finalmente el PSOE ha impuesto a sus compañeros navarros su posición contraria al pacto. De hecho, están seguros de que la última propuesta que les hizo Puras de formar un Ejecutivo con mayoría de consejeros independientes y sólo dos carteras para NaBai -en concreto, la de Bienestar Social y Agricultura- no era más que un intento del candidato socialista de que fuera la formación de Zabaleta la que rompiera las conversaciones para justificar ante su militancia una futura abstención que permitiera la reelección del actual presidente de UPN, Miguel Sanz”.

De todo lo anterior cabe reseñar dos conclusiones importantes. La primera, el señor Puras y sus asesores carecen de ánimo y de capacidad para entablar una negociación seria de cara a la configuración de un gobierno de progreso, contrariando las posturas defendidas por sus bases. La segunda, en el caso de que sea verdad, el que el señor Puras pudiera haber estado estos días de vacaciones, imposibilitando físicamente la realización de cualquier negociación, sería una demostración de máxima frivolidad, concitando serias dudas sobre su competencia, no sólo en las bases de su propio partido, sino en la ciudadanía navarra en general.

viernes, 13 de julio de 2007

Na-Bai, un arma cargada de futuro

La propuesta de UPN de un gobierno de coalición entre todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria a excepción de Nafarroa Bai (es decir, la propia UPN, el PSN, CDN e IU), con un reparto de consejerías que podría satisfacer las apetencias de los demás partidos, no debe contemplarse sólo bajo el punto de vista de que es el último cartucho que le queda a la derecha navarrista para mantenerse en el poder. Bajo nuestro punto de vista, la idea del establecimiento de un gobierno autonómico de concentración que lleve aparejado un “cordón sanitario” respecto a la coalición vasquista y progresista encierra componentes estratégicos de alcance que no pueden ser ignorados. Parece evidente que su objetivo primordial es difuminar las líneas de ruptura entre derecha e izquierda en beneficio de un eje divisorio en el que en uno de los campos estaría el navarrismo entendido a la manera tradicional, asegurando a éste su predominio. La supeditación de la política navarra al ámbito de lo político-institucional y de lo identitario interpretado en clave excluyente y demonizadora, a la vez que relegaría el debate sobre políticas sociales hasta hacerlo inaudible, posibilitaría el apoyo ulterior a quienes mantuvieran las actitudes más ortodoxas y las posiciones más inamovibles.

Ahora bien, en esa propuesta late también, a nuestro entender, una segunda cuestión, el afán de aislar las posiciones político-institucionales e identitarias de Nafarroa Bai, de mantenerlas en sordina, fundamentalmente por miedo a que las mismas sean capaces de desarrollar una corriente de opinión más favorable de la que hoy en día ya tienen. Ese hecho ya se apreció en la campaña electoral en la que UPN se guardó muy mucho de debatir sobre esas cuestiones, por recelo de encontrarse con actitudes y contenidos ideológicos diferentes a los tradicionales en Nafarroa Bai ante las cuales las tesis de siempre de la derecha navarrista quedan obsoletas e inservibles.

En el último mes y medio ha sido frecuente escuchar, sobre todo desde la “Brunete mediática” de la derecha española, que Nafarroa Bai participa de las posiciones arquetípicas del nacionalismo vasco. A la vez, desde el PSOE y sus medios afines, aunque se ha matizado levemente esa interpretación, se ha optado por ver en las posturas de Nafarroa Bai escollos infranqueables, sólo superables por la renuncia a aquéllas durante un cierto periodo de tiempo.

Aunque es verdad que el aparato de comunicación de Nafarroa Bai no se prodigado en esfuerzos por corregir esas apreciaciones, de la lectura de la “Propuesta Político-Institucional de Nafarroa Bai”, que durante meses estuvo colgada de su página web y que fue debatida y asumida en asamblea, se colige un cambio de rumbo notorio que rompe con las posiciones mantenidas por el nacionalismo vasco en los últimos 30 años y que ya fue anunciado en las propuestas de Aralar y de EAJ/PNV de reforma del Amejoramiento. Anuncian un nuevo nacionalismo navarro de carácter integrador, incluyente y flexible, abierto al mundo desde la asunción de nuestra complejidad. Seguidamente presentaremos un extracto de dicha propuesta elaborado por nuestra parte.

La Propuesta Político-Institucional de Nafarroa Bai parte del reconocimiento de pluralidad de la sociedad navarra y de la asunción de la transversalidad como eje político conductor, algo ya asumido internamente en la conformación de la coalición. La coalición fundamenta el único orden político legítimo en la voluntad democrática de los ciudadanos y en la negociación entre ellos y rechaza tajantemente la imposición, la coacción o cualquier forma de violencia. Por otra parte, son los ciudadanos y ciudadanas de Navarra el único sujeto político. Navarra no debe ser un objeto político de carácter esencialista impuesto a los ciudadanos, sino el resultado de la voluntad ciudadana libremente manifestada. Por ello ninguna propuesta democráticamente expresada puede sustraerse al debate social ni a la libre decisión de los ciudadanos, que no puede encontrar límites infranqueables en estructuras político-institucionales pasadas o presentes.

En relación con el Estado, Nafarroa Bai reconoce a los ciudadanos y ciudadanas de Navarra una capacidad constituyente incondicionada y el derecho a establecer libremente su propio régimen político, reconociéndoles asimismo el derecho a negociar de igual a igual con el Estado español la creación de instituciones comunes. En relación con los próximos años, Nafarroa Bai aboga por la urgente reforma del Amejoramiento o LORAFNA. El nuevo pacto político con el Estado deberá cumplir al menos los siguientes tres requisitos: dotación a Navarra de los máximos niveles de autogobierno; concertación entre todos los partidos, sin exclusiones; y sometimiento a referéndum popular del resultado de la negociación con el Estado. Ese nuevo pacto debe fundamentarse en el empleo de la vía de los derechos históricos reconocida en la Constitución y en la LORAFNA.

Desde el plano identitario, Nafarroa Bai se adscribe a los postulados del nacionalismo cívico, abogando por el respeto a las distintas ideas y lealtades identitarias existentes en Navarra, así como el principio de la igualdad de derechos de todos, sean autóctonos o nacidos fuera. Desde esa perspectiva, se persigue realizar un proyecto de convivencia capaz de integrar a los ciudadanos y ciudadanas de todas las zonas de Navarra y sea cual sea la identidad bajo la que se reconozcan e identitaria. Se defiende la Universalidad de la ciudadanía y la identidad a la carta por lo que todos los navarros somos ciudadanos de primera, eligiendo cada uno el proyecto identitario con el que se siente cómodo. Esa defensa de la igualdad de derechos para todos, incluídos los linguïsticos, exige la declaración de oficialidad del euskera en la zona no vascófona, así como una legislación lingüística ulterior acorde con las demandas de los ciudadanos y con la realidad sociolingüística.

En relación con la CAV, Nafarroa Bai, desde el respeto completo a la integridad de las instituciones navarras, y pensando exclusivamente en el desarrollo y bienestar de los ciudadanos de Navarra, propone para el medio o el largo plazo, y si se contara con el respaldo de una mayoría social suficiente, una confederación con la CAV. A corto plazo defiende la creación del órgano de cooperación permanente entre Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca aprobado mayoritariamente por el Parlamento de Navarra en 1996. Dicho Órgano es absolutamente constitucional y en absoluto afecta al fondo competencial de cada autonomia ni supone menoscabo de la función de los respectivos Parlamentos. Además, el Organo Permanente de Encuentro nada tiene que ver con la creación de cualquier estructura política federativa, ni con la cesión de competencias o la ejecución de políticas por los órganos que se crean en el acuerdo. El Órgano en un foro estable de cooperación, pero las políticas se ejecutan por cada Gobierno, correspondiendo las acciones a las respectivas Administraciones.

En relación con Europa, Nafarroa Bai defiende la participación navarra en las instituciones comunitarias (Consejo de Ministros de la Unión y Comités) y porque Navarra tenga capacidad de codecisión y de presencia directa en las instancias directas que tratan de los asuntos de su interés o competencia, teniendo además una delegación permanente en Bruselas volcada en la defensa de nuestros intereses.

Asimismo, Nafarroa Bai reivindica la recuperación del Protocolo de Cooperación entre Navarra, la Región de Aquitania y la CAV (que fue derogado por el Gobierno de UPN) con el fin de mejorar nuestras oportunidades en el ámbito europeo ya que los cambios en el sistema de producción, distribución y consumo y la intensificación de las relaciones transnacionales obligan a la realización de políticas conjuntas con las regiones vecinas. Además, Nafarroa Bai se compromete con el desarrollo de las otras instancias de asociacionismo regional europeo que sean de interés para Navarra como la Conferencia de Regiones del Sur de la Europa Atlántica (SEA) o la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, creado en 1983. Por último, para Nafarroa Bai debe sacarse el máximo partido del Tratado de Bayona, firmado en 1995 por Francia y España y que tiene como objeto facilitar y promover la cooperación transfronteriza entre entidades territoriales francesas y españolas, intentando implicar a la sociedad civil en el aprovechamiento de las oportunidades que brinda.

Independientemente de las posturas que se hayan mantenido en el proceso de negociaciones, en los párrafos anteriores se contiene la médula del ideario nabaizale en materia político-institucional. Así se comprenden mejor las reservas de UPN por no debatir respecto a ellas, por silenciarlas y por manipularlas. En manos del PSN queda el no entrar en el juego pepero-upenista y apostar por nuevos escenarios en los que el foco esté en la ciudadanía navarra y no en falsas políticas de Estado ni en instancias extrañas a Navarra.

jueves, 12 de julio de 2007

Navarra y Alava, la decisión de Zapatero

Si analizamos la política del Gobierno Zapatero en política territorial en los últimos años nos daremos cuenta de que ha estado caracterizada por una práctica en la que a una primera decisión de carácter aquiescente con las reclamaciones periféricas seguía otra en sentido contrario, quizás presionado por sus barones. Las posteriores decisiones han quedado marcadas por esa dinámica de vaivén, de flujo y reflujo, en la que las dinámicas de recorte han ganado sobre las de cesión.
Eso es lo que sucedió en Cataluña. A una promesa original de acceder a las peticiones que se hicieran desde Cataluña (hecha antes de las elecciones del 14-M), siguieron unas pautas de condicionamiento del proceso estatutario catalán que se tradujeron en el "famoso" cepillado del texto original a su paso por las Cortes, resultado de unas negociaciones con los partidos catalanes en las que éstos se dejaron entrampar por los ardides desplegados desde el Gobierno central.
En la CAV las promesas de cambio se han visto difuminadas con el desenlace de la tregua y los resultados electorales. Las promesas de reforma estatutaria han quedado en el vacío, corroborándose lo que parecía una presunción generalizada: que en todo caso, dicha reforma se harían previa instalación del Partido Socialista de Euskadi en el Gobierno Vasco y en las Diputaciones. Ello ha hecho que el Plan Ibarretxe haya quedado en una situación de impasse a falta de otra alternativa, quedando como el punto mínimo a partir del cual arrancar.
Por otra parte, el mantenimiento del Gobierno Vasco en manos del tripartito y de las Diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa en manos del PNV en un caso y de una coalición entre PNV y EA en el otro, deja al PSE en una situación difícil: a su fracaso por intentar mediatizar la política vasca desde la entrada en el poder provincial en Gipuzkoa (pese a las increíbles ofertas que lanzó el PSE a EA y a EB/Aralar con un reparto del poder ciertamente sustancioso y la posibilidad de rechazar infraestructuras viarias como la Y vasca), se añade que ahora es el propio PSE quien debe dar la auténtica medida de sus posibilidades decidiendo el rumbo de la política vasca a partir de quién debe gobernar en la Diputación de Álava.
Llamativamente, la decisión para Álava, diferida hasta el 26, queda condicionada por la decisión sobre Navarra. El PSOE debe decidir en Navarra entre UPN o entre una coalición con Nafarroa Bai e IU. En Álava debe decidir entre el pacto con el tripartito (lo que le daría el gobierno municipal de Vitoria, a cambio de ceder al PNV, EA y EB/Aralar la Diputación) o el pacto con el PP. En Navarra, a falta de cinco días para que llegue el 17 no parece que se hayan reanudado las negociaciones, no al menos con el suficiente vigor como para recuperar lo abortado el día 5, cuando Nafarroa Bai se negó a un reparto de las consejerías que beneficiaba estrepitosamente a los esquemas del PSN. El PSN puede entregar el poder a UPN de varias formas: mediante un pacto explícito, posibilitando un gobierno de UPN en minoría o accediendo de facto a una repetición de las elecciones en el caso de que para el 17 ni Puras ni Sanz se oferten como candidatos a la presidencia.
Acostumbrado a marear la perdiz y a que los adversarios políticos decidan en un clima de incertidumbre (sobre todo en el caso vasco, condicionado hasta ahora por el contexto de la tregua y el proceso de normalización/pacificación), no son pocas las dudas que acosan a Zapatero y al PSOE. La repetición de una apuesta con la derecha españolista en Alava y Navarra para recrear el colchón constitucionalista de la última década sirve para poco: el miedo a perder votos del Ebro para abajo (votos que se pueden frijar con una política auténticamente protgresista) favorece a medio y largo plazo al PP y cortocircuita las expectivas de una posible transversalidad en las cuatro provincias entre el socialismo y el nacionalismo.