lunes, 20 de agosto de 2007

El acuerdo que nos perdimos

Frente a las características maximalistas e irreales de los contenidos relativos a Navarra de la negociación con Batasuna del pasado otoño, las negociaciones del PSN con Nafarroa Bai y con IU se llevaron desde la mesura y el más absoluto de los realismos. El pasado 8 de agosto el Diario de Noticias daba cuenta de los contenidos del gobierno de progreso y de convivencia, siendo al acuerdo entre los tres grupos total.

El acuerdo se sustentaba en tres bases: apuesta por las políticas sociales, garantías de respeto al actual estatus de Navarra y reconocimiento de su pluralidad desde la apuesta por la convivencia.

El acuerdo se dividía en varias partes: principios inspiradores; elementos orientadores de la acción de gobierno; desarrollo institucional y democrático; las personas; el desarrollo sostenido y sostenible; elementos para el funcionamiento y coordinación de la acción institucional y política del Gobierno, de los grupos que habían de sostenerlo y de otros ámbitos (sociedades públicas y otros organismos); elementos para la garantía de la estabilidad gubernamental y elementos de garantía para el desarrollo del acuerdo.

Era en el apartado de los principios inspiradores del acuerdo donde se afrontaban las cuestiones más espinosas. En él se mencionaban el compromiso de los firmantes por el respeto por la actual realidad institucional, la relación con el Estado desde la lealtad recíproca y la condena explícita del terrorismo. También en ese mismo apartado se recogían otros aspectos como el respeto a la pluralidad, la apuesta por la convivencia y la capacidad de interlocución directa frente a la UE en lo que a cuestiones de interés específico se refiere. Asimismo, en lo que respecta a la política lingüística, también se había llegado a un entendimiento con la actual legislación como base, pero con la posibilidad de modificación en función de "la demanda y la realidad sociolingüística de la ciudadanía".

En el apartado relativo al desarrollo institucional y democrático se aclaraban cuestiones como la reforma del Amejoramiento, la Ley del Vascuence o las relaciones con la CAV. Sobre el Amejoramiento se decía que cualquier reforma "deberá garantizar y mejorar la estabilidad y fortalecimiento institucional de Navarra, la mejora de los servicios a los ciudadanos, el incremento del Bienestar Social y el impulso de la justicia, la igualdad, la libertad y el progreso". Se añadía que una reforma "substancial" habría de ser sometida a referéndum. Sobre el euskera se apostaba por el "desarrollo y en su caso modificación de la Ley del Vascuence para garantizar un tratamiento acorde con la demanda y la realidad sociolingüística de la ciudadanía". En el supuesto de una posible modificación, se hablaba de crear una ponencia parlamentaria que busque el adecuado consenso en esta materia". También había acuerdo respecto a las relaciones con la CAV. Así, se apostaba por fomentar la cooperación "normalizada" con todas la Comunidades "sin exclusiones, especialmente con las limítrofes, incluida la Comunidad Autónoma Vasca, desde el recíproco respeto y reconocimiento, en concretas materias que puedan resultar de mutuo interés y disponiendo, en su caso, instrumentos de seguimiento y coordinación que no dispongan ni puedan alcanzar carácter institucional".

En el apartado sobre las personas, se fijaban posiciones en relación con la cuestión expresada en el apartado de los principios sobre el desarrollo económico y social. Se daba a las políticas sociales la máxima prioridad y se establecían compromisos sobre servicios sociales, educación, sanidad, vivienda y cooperación al desarrollo. Se especificaba un incremento del gasto público educativo hasta niveles del 6 por ciento del PIB y de un plan de medidas urgentes que implicaran una mejora de la atención sanitaria pública a todos los niveles.

A todos estos contenidos renunció el PSOE, siendo francamente dudoso que la ciudadanía navarra pueda obtenerlos a través de la acción de gobierno de UPN y CDN. El tiempo dirá si la labor opositora del PSN permite que el gobierno de Miguel Sanz se aproxime a ellos, pero lo más lógico es que no, vistos los antecedentes. Harían bien los comentaristas pretendidamente de izquierdas de medios como El Pais, la Ser, etc. en no olvidar todo ello, en vez de tratar por todos los medios de justificar vetos, cuya única explicación es el miedo patológico del PSOE al PP y a su brunete mediática, con argumentos agarrados por los pelos y que parten de oscuras intenciones que para nada están documentadas.

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